NOS VAMOS
12 abril. El vuelo
Y por fin llegó el
ansiado día, y también, por qué no decirlo, inquietante día.
Nuestros hijos
vinieron a recoger a nuestra amiga peluda que se fue con tanto cachivache como
si fuera un niño pequeño: comida, medicinas, chuches, cama, protectores y algún
que otro “por si acaso” además de instrucciones. Dejarla nos causa mucha
inquietud. Aunque está muy bien para tener ya 15 años, no deja de ser muy
viejita, y pese a que unos días antes la llevé a su veterinario para que me
confirmara como estaba, no dejaba de preocuparme. Teníamos también avisados y
dispuestos a nuestros “mecanismos de urgencia” por si se producía alguna
catástrofe cósmica: mi otro hijo, una vecina y buena amiga, otra buena amiga,
además de teléfonos de profesionales que se dedican a ello.
El taxi acudió puntual
a recogernos y nos dejó alrededor de las 21 horas en la terminal 1 del
aeropuerto que pese a ser de noche estaba muy concurrida. Curioso ver a muchas
personas casi en pijama y con chanclas o pantuflas preparados para pasar la
noche en sus respectivas naves.
Y puntualmente, a las
23,55 nuestro vuelo partió rumbo a Lima. Puse mi reloj con la hora peruana, las
17 horas, para comenzar ya con la adaptación al nuevo horario. La mayoría de
los pasajeros parecían peruanos y justo detrás teníamos un niño llorón pero
entre ver alguna película que otra, y dar cabezaditas ayudada por una
pastillita de orfidal, casi sin darme cuenta estábamos en Lima donde eran ya
las 4 de la mañana.
Alojamiento: Hotel Las Palmas. Miraflores. 43+21 (early checkin)=64
euros.
Visita centro ciudad en Mirabusperu. 18 euros por persona
Como nos habían
aconsejado, una vez en tierra, nos acercamos al mostrador de Taxi Green. Tras pagar el
importe correspondiente con tarjeta (65 soles, unos 16 euros) nos asignaron un
conductor: Juan +51986947242, quien en 30 minutos nos
depositó en el Hotel Las Palmeras en Miraflores. Juan se encargaría
después de hacernos todos los traslados al y desde el aeropuerto, tanto mañana
para tomar el vuelo a Arequipa, como de regreso a Lima desde Puerto Maldonado y
luego en Lima para nuestro viaje a España poniéndonos en contacto directamente
con él y haciendo siempre un servicio puntual e impecable.
Cuando llegamos a
nuestro hotel nos encontramos con la puerta cerrada y todo apagado, lo que nos
preocupó. Juan se quedó esperando hasta que un vigilante nos abrió la puerta para
acceder a la recepción. Nos despedimos de Juan hasta mañana. En el hotel no encontraban nuestra reserva que
además, tenía un early check in para lo cual deberíamos abonar el 50% del importe total de una noche. Y es
que después de pasar toda una noche como
un "cuatro" en el avión no nos apetecía sentarnos en un sofá a las 5,30 de la
mañana hasta que nos dieran nuestra habitación, que podría ser entre las 12 y
las 15 horas. Al final somos felizmente encontrados y tomamos posesión de
nuestra habitación donde descansamos hasta las 9.
Si en un principio me
plantee hacer una ruta por cuenta propia lo que suponía viajar en transporte
púbico al centro histórico, la situación social del país me lo desaconsejó y
pensé que lo mejor sería tomar este tipo de bus de “guiris”, que además nos ofrecía
la posibilidad de dar un paseo peatonal por centro histórico visitando
la iglesia de San Francisco y sus catacumbas.
Dejamos atrás una pequeña isla de verdor, el
Parque Kenedy, también con mucha gente y encontramos un lugar donde cambiamos
moneda, el peor cambio de todo nuestro viaje y ya no nos daría tiempo a comprar
una tarjeta para el teléfono. Vimos que había muchas tiendas para adquirirlas,
y entramos en una pero nos dijeron que tendríamos que recargarla en otra lo que
nos extrañó. Queríamos algo más fácil así que, justos de tiempo, continuamos
hasta nuestro autobús turístico. En su pequeña oficina hicimos el pago y a la
hora convenida, con muy poca gente, todos de habla hispana, partimos hacia el
centro.
A vuelapluma parece un
lugar curioso que data del 200 al 700 construido casi en su totalidad con adobes. Está formado por una pirámide de 25 metros de
altura y un conjunto de patios, plazas y recintos al noreste de esta. Su
abandono en la década de los años cuarenta del siglo pasado ha hecho que
pirámides de menor tamaño y otras evidencias fueran destruidas para construir
viviendas y avenidas.
Nos desplazamos por una amplia red de túneles y criptas subterráneas, que funcionaron como osarios hasta principios del siglo XIX llegando a albergar un total de 25.000 cuerpos. En su interior existen cinco pozos de cerca de diez metros de profundidad, que contienen osamentas. Vemos techos abovedados planos, unidos por pasajes y arcos de medio punto construidos con ladrillos, calicanto y argamasa. También fosas rectangulares de varios metros de profundidad, con los restos óseos de personalidades de época. Hay cinco pozos sísmicos que son osarios a la vez. En la actualidad, aún existen galerías que no se han destapado y a las que el público no tiene acceso.
Cerca de las 14,30
horas estábamos de regreso en el punto de inicio y nos fuimos en busca de un
lugar para comer que encontramos cerca del parque Kenedy, en una de sus callejuelas
aledañas. Menú del día, sencillo pero suficiente, unos tallarines y pollo por
36 soles, unos 9 euros,…por los dos.
Regresamos al hotel
pero casi sin darnos cuenta y tan solo
alrededor de las 18 comenzó a oscurecer y
como no me gusta la noche en
grandes ciudades desconocidas, salimos en busca de un supermercado que encontraríamos detrás del hotel, compramos
fruta y agua que con unas galletas
hicieron nuestra cena y sin ganas de más nos acostamos pronto ya que a la
mañana siguiente teníamos que estar en el aeropuerto a las 6 de la mañana.